viernes, 7 de marzo de 2008

Bitakora koadernoa.7.03.08 Good news&Bad news



Berriak: Atzo kontsulta izan nuen. Medikoak transplantean egoerari eta arriskueri buruz hitz egin zigun Eliri eta neri.
Bi donante konpatible agertu dira. Biak emakumeak eta estatubatuarrak. Egin dituen konprobazio berrien arabera bata 100%ean konpatiblea da eta bestea 90%ean, baina ontzat ematen dute bigarren hau ere.
Oraindik ez dakigu pertsona hauek donante unibertsal bezala eskaini zireneko borondate eta jarrera berbera dituzten edo arrazoi berrirenbatengatik atzera botako ote diran. Medikoaren iritziz bi izaterakoan 90% aukerak baino gehiago daude bata edo besteraekin donazioa aurrera joateko. Hau albiste ona da. Albiste kezkagarriak ere ba daude.
Transplantea eginda hiru bat urtetan gaitza ez ba da berriz azaltzen, guztiz sendatuta nagoela adierazi daiteke. Oso arraroak dira epe hori igarota gaitzaren suspertze bat eman diren kasuak. Medula transplantearekin 80%ko kasuetan gaitza ez da berriz agertzen.
Arazoa transplantean eta berarekin lotutako ondorio zuzenetan dago: Hirutik batek transplanteak eragindako infekzio, edo arbuiatze orokor baten, edo organo nagusi baten eragindako kalteen ondorioz hil egiten da.
Arrisku hauek ez dira bat batean gauzatzen baizik eta , denbora aurrrera doan heinean urrituz, urte pare batean eraginkor eta ezkutuan bere hartan egoten dira.
Ba daude heriotza ez dakarten beste ondorio batzuk ere izatea. Organoren bat ikututa gelditzea, azaleko gaitzak, begi lehorrak…
Eguraldi iluna, baina laino beltzak izan arren transplantea da zalantza gabe aukerarik onena.
Nire sendagilearen arabera, donanterik azaldu ez balitz Glivec eta kimioarekin hiru lau urtetan gaitza ez berragertzeko 80% aukera batean mantenduko genuke baina aurrerago portzentaia hoiek, gaur ezagutzen den medizina mailarekin, 20%- 30% jeitsiko lirateke.
Transplantearen aukera orokorrean aztertuta, biziraupen aukerak 50%koak dira. Hamabi miloi donante daude munduan eta bakarrik bi konpatible. Oraingoan suertea alde izan dudala dirurdi.

Novedades: Hace prácticamente un mes que no escribo nada en este cuaderno. He estado caso todo este tiempo fuera del hospital y no me resulta fácil sacar tiempo para relatar lo que hago, lo que siento o lo que pienso.
Al contrario de cuando estoy ingresado, a pesar de que apenas salgo de casa, los sucesos, variaciones de estado de ánimo y reflexiones transitan en gran número superponiéndose y ocultando los más recientes a los anteriores. Total, que el haber tardado tanto en escribir me obliga a sintetizar.
El martes 5 de febrero ingresé para la quinta quimioterapia. El tratamiento, incluyendo mi temida punción lumbar, discurrió sin ninguna complicación. El sábado a la mañana bajé a casa optimista por lo bien que había ido todo confiando que el próximo tratamiento fuera por el mismo camino.
Salvo un incidente intermedio al repostar plaquetas que me obligó a pasar un fin de emana en observación en el hospital, el tiempo transcurrido hasta el siguiente ingreso para quimioterapia ha sido tranquilo y he disfrutado de la sensación casi olvidada de no tener achaques de salud ni ningún otro tipo de fenómeno externo y perturbador.

El 26 de febrero ingresé en la habitación 412 de Hematología dónde coincidí con Mohammed, un compañero de habitación de nacionalid marroquí y que vive en Eibar desde hace un año, con el que ya había estado anteriormente. Le calculo en torno a los sesenta años. Conoce pocas palabras en castellano y las que utiliza no siempre son fáciles de entender. Hablamos mucho y constatamos que tenemos dos visiones prácticamente opuestas acerca de todos los temas que abordamos. A pesar de ello nos llevamos bien. Únicamente hemos llegado a discutir con fiereza acerca de las virtudes del vino y de su defensa del tratamiento de las enfermedades de la sangre con sanguijuelas en algún lugar recóndito de Marruecos que no llegué a identificar.

Esta vez el tratamiento se me ha hecho muy duro. Los detalles son irrelevantes y además quedan totalmente eclipsados por lo que se convertiría en la noticia estrella de mi actualidad médica: Han aparecido dos donantes compatibles de médula ósea. Las dos son mujeres y norteamericanas. Una de ellas compatible al 100% y la otra al 90%, pero válida en caso de necesidad.
En una noticia reciente que emitieron en los informativos de ETB exponían el caso de una niña afectada de leucemia linfoblástica aguda y necesitada de una médula para transplante, dieron el dato de que el universo actual de donantes de médula es de doce millones. Sólo hay dos compatibles entre doce millones. Parece que esta vez he tenido suerte.
Si he entendido bien el proceso de validación que se sigue en estos casos, una vez que han sido detectadas como compatibles se efectúa una segunda comprobación con un análisis exhaustivo de las muestras o los datos que se dispongan. Esto ya se ha realizado y se han detectado los distintos porcentajes de compatibilidad. De lo que retrata ahora es que mantengan la misma disposición que les llevo en su día a ser donantes universales y que no se echen para atrás por algún motivo sobrevenido desde ese momento hasta ahora. Del procedimiento de comprobación que se sigue en este tipo de donaciones para conocer tanto la disponibilidad como el encaje en fechas con estas personas lo desconozco todo, pero supongo que estará rigurosamente reglado y que en las próximas semanas tendré noticias.
También empiezo a tener algunas noticias acerca de los riesgos que entraña el transplante. Riesgos que no son nada desdeñables y que, aunque decreciendo, se mantienen durante dos años con tasas de mortalidad más elevadas de las que podía sospechar. Suficientemente altas como para asustar.

Aún así, el transplante es la mejor de las opciones, el que hayan aparecido donantes compatibles es una excelente noticia, y parece que las posibilidades de curación se van concretando aunque siguen dependiendo del acierto de la ciencia y de los caprichos de la fortuna.

Si alguna de las personas que lee este escrito estaba considerando el ser donante de médula para tratar de echarme una mano, le pido que no deje de hacerlo por el hecho de que probablemente mi problema en ese aspecto este resuelto. Cuando mi médico me informo de la existencia de unos norteamericanos de cuya iniciativa solidaria dependen en gran medida mis opciones de supervivencia, sentí una profunda emoción y agradecimiento. Me cure o no de esta enfermedad, al menos ese día me sentí reconciliado con el género humano.